Impresión bajo demanda y Google
El Blog del Futuro del Libro Vía.
También Google Dirson se hace eco del asunto.
José Antonio Millán, reflexiona sobre Readontime y la conexión de este servicio con Búsqueda de libros de Google:
A raíz del anuncio de colaboración entre Google Libros y Publidisa, en el proyecto ReadOnTime, el blog Dirson publica una extensa entrada analizando diversos aspectos de la colaboración entre buscadores, editoriales y libreros en el contexto de la impresión bajo demanda (Print on demand, POD).
Al final, aventura un panorama nuevo:
También podríamos plantear otro escenario aún más desarrollado y para el que falta mucho por llegar: que el propio 'Google Books' sea una 'editorial' a la cual los escritores envían directamente los ficheros digitales de los libros, que los lectores podamos localizar cualquiera de estos libros mediante su buscador previa ojeada a algunas de sus páginas, podamos realizar un pedido, y lo recojamos en el comercio más cercano equipado con tecnología POD.
Personalmente, creo que esta perspectiva de que Google se acabe convirtiendo en una especie de Lulu no es muy realista (salvo que cambie mucho su modelo de negocio, cosa que por el momento es poco probable). El acceso a la información de dentro de los libros, y la intermediación hacia la compra parecen dos nichos valiosos y complementarios.
¿Qué cambiaría en un panorama con ReadOnTime a pleno funcionamiento? Parte de la irracionalidad de un sistema que mueve libros para no venderlos podría desaparecer:
En 2006, las devoluciones alcanzaron el 32,1% (tres puntos por encima del año anterior). Dicho de otro modo, uno de cada tres libros publicados fue devuelto a los editores. Así lo recoge el informe Comercio interior del libro en España en 2006.
Tal y como funciona el modelo que describe ReadOnTime, el sistema tiene el fichero de los libros cuyos editores se apuntan al proyecto. El cliente final (a través de Google o de la web del editor) lo pide. El fichero se envía a la planta de fabricación propia más próxima al cliente (la empresa tiene fábricas en distintos puntos de Europa y América), y desde ahí se le envía.
El plan es estupendo para el editor y para el lector. ¿Quién podría perder (aparte del transportista, que ya no paseará por la geografía española un tercio de los libros)? Tal vez las librerías.
Por eso una idea posible fuera que las librerías se convirtieran en punto de petición/recogida de libros impresos POD. Por ejemplo: tendrían expuestas al público obras o catálogos de obras que se sirvieran por ese procedimiento, y los clientes podrán encargarlas. O bien, se ofrecería al comprador de un libro en la Web, vía ReadOnTime, la recogida en una librería colaboradora próxima a su domicilio, a un precio inferior al del envío directo: las librerías podrían agrupar pedidos y conseguir un mejor precio. (Existe también el modelo de impresión y encuadernación directamente en la librería, pero exige tecnologías en el punto de venta de precio elevado).
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