Juan Pascual: «Para detectar un 'best seller' hay que tener una bola de cristal»
Vía: Diario Sur
Se confiesa «enganchado» al mundo de los libros. De hecho, lleva tres décadas vinculado a él y no está dispuesto a dejarlo. Es más, tras pasar por grandes editoriales en puestos directivos (Random House Mondadori y Grupo Zeta), Juan Pascual (Barcelona, 1954) se embarcó hace ocho meses en una arriesgada pero apasionante aventura: fundar su propia editorial. El Andén nace como un sello independiente y generalista que aspira a medirse con los gigantes. Y promete. En su corta vida ya pega fuerte en el mercado con éxitos de venta como 'Contrato con Dios', de Juan Gómez-Jurado; 'Por mil millones de dólares', de Alberto Vázquez Figeroa; 'Gafas de sol para días de lluvia', de Mamen Sánchez o 'El puente de los judíos', de Martí Gironell.
La editorial El Andén tiene ya ocho meses de vida, ¿ya anda sola o aún es pronto?
Es pronto para eso, pero estamos muy satisfechos de nuestra andadura porque hemos lanzado libros que han despertado el mayor objetivo que teníamos, a los lectores.
Ha pasado por grandes editoriales, lleva 30 años en este mundo y aún le quedan ganas de fundar una nueva editorial
Muchísimas, estoy enganchado a este mundo como el que más. Sigo con ganas de trabajar con la letra impresa, con los autores, de poder montar un equipo fuerte, de combinar experiencia y juventud, de emprender nuevos retos y de ser independiente, que es algo muy importante.
El poder de los grandes
¿No hay independencia?
No. Los cuatro grandes grupos aúnan a nivel de cuota de mercado de un 75 a un 80%, y muchos de los que eran editores independientes fueron absorbidos. Si cuento con las manos, no me salen diez pequeños y medianos editores que gocen de independencia y de buena salud.
¿Cree, entonces, que hay sitio para una nueva empresa del libro?
Siempre hay sitio para una nueva editorial si haces cosas diferentes y no engañas a los lectores, dándoles buenos contenidos. La gran dificultad está en promocionarlos bien. Y eso sí es una desventaja para una editorial independiente respecto a los grandes grupos que tienen, no sólo medios económicos, sino soportes de prensa y revistas.
No debe de ser fácil
Es complicado, pero creo que hay un hueco para vencer eso. Sobre todo hay que cuidar y mimar bien a las estrellas -sean o no lo sean-, que son los autores y, evidentemente también al canal, que son los libreros. Si, además, los lectores se encuentran satisfechos con el contenido que han leído y se genera el boca-oreja... es lo más importante. Lo que ocurre es que muchas veces tenemos prisa por que esa situación llegue muy pronto y este fenómeno tarda meses en producirse. Cuando 'El código Da Vinci' salió en España, al tercer mes ya lo estaban devolviendo las librerías y al quinto mes empezó el boca-oreja y fue la eclosión total.
¿El boca-oreja es entonces más importante que el marketing?
Sí, pero el libro hay que darlo a conocer. Los primeros lectores son determinantes, porque si te ha apasionado un libro y lo comunicas a tus amigos y familia... estupendo. Pero crear esa franja mínima entre los 1.500 y los 3.500 lectores es difícil. Y es que en este país salen 65.000 nuevos títulos al año, de los que 37.000 son novedades puras y duras. El boca-oreja permite que el libro perdure y se mantenga como fondo en las librerías.
En este momento hay un gran 'best seller' en las librerías, 'Un mundo sin fin' de Ken Follet. ¿Este fenómeno es bueno porque fomenta la lectura, o es perjudicial porque oculta otros buenos trabajos?
Es cierto que no permite que salgan a la luz buenos trabajos y muchos pasan sin pena ni gloria. Quedan ocultos. Hoy en cualquier librería, lo que mandan son marcas y nombres. Hay que entrar a codazos para defender un espacio.
Anticiparse a los gustos
¿Cómo se detecta un 'best seller' cuando llega a las manos del editor?
Ahí entran una conjunción de factores: hay que tener una bola de cristal, convertirte en bruja y anticiparte a lo que va a gustar a los lectores. Sobre todo, el libro ha de ser capaz de emocionar. Además, tienes que saber comunicarlo, promocionarlo y distribuirlo bien. Pero es muy difícil. Cuando en el equipo nos ponemos a discutir sobre un libro, lo único que nos falta es tirarnos una silla a la cabeza, porque cómo aúnas trece opiniones diferentes. Es una cuestión de estómago, de olfato. No hay una receta clara.
¿Le preocupa rechazar una obra que luego se convierta en un éxito de ventas?
Me ha sucedido algunas veces y no me pregunte con qué libros porque me deprime una semana. Es muy difícil afrontar esa situación y te preguntas '¿cómo habré rechazado este libro con lo que está pasando?'.
¿Qué diferencia a El Andén del resto de las editoriales?
Estamos focalizados en la ficción comercial. Por otra parte, creemos abiertamente en la promoción de los autores, en el trato personalizado hacia ellos... y eso nos hace diferentes.
Apuesta por el bolsillo
Además, hace una gran apuesta por los libros de bolsillo.
Sí, tenemos El Andén Express y Gran Vía Express que editan libros originales, novedades, en formato un poco mayor al tradicionalmente conocido como de bolsillo, a 13 euros. Eso, en promedio, es un 25% más barato de lo que cuesta un libro normal. El objetivo es llegar a más lectores y, sobre todo, a los más jóvenes y con poder adquisitivo medio-bajo.
El negocio del libro, ¿es rentable o hay que sufrir mucho para eso?
Hay que sufrir bastante, pero llega a ser rentable. No es un negocio en el que hoy se invierte y mañana se recoge; hay que tener paciencia, mucha paciencia.
Cada cierto tiempo aparece un tema estrella, como todo lo relacionado con los templarios, ¿qué temáticas se vislumbran?
Siguen gozando de muy buena salud los 'thriller' de corte histórico y la novela histórica. Además, hay un fenómeno que cada vez está en mayor crecimiento, que es el desarrollo de historias y novelas de corte juvenil. Esta brecha cada vez tendrá más cuota de mercado porque los jóvenes y, sobre todo las chicas, leen más.
1 comentario
Fernando -
Sería interesante que respondieran, obviamente aunque sea con una negativa, a los manuscritos enviados previo acuerdo. Sobre todo cuando tienen una calidad aceptable cuando menos, y visos (dicho por gente cualificada) de poder tener una buena explotación comercial.