¿Podemos parar Internet?
"los editores podemos pensar que Internet va a ser mejor para nuestro negocio, o podemos pensar que va a ser perjudicial. Pero una cosa está clara: No podemos parar Internet...." (Editor Anónimo)
Leo en El Cultural de El Mundo una entrevista a Beatriz de Moura (Tusquets) y Adolfo García Ortega (Responsable de ficción de Planeta) y me llaman mucho la antención un par de preguntas y sus respuestas:
¿Internet puede poner en peligro la supervivencia de las editoriales?
A. García Ortega:
Sinceramente no creo que internet sea, en sí, hoy en día una amenaza. Pero en el a futuro puede serlo, y no por el camino obvio de que el libro pueda o no descargarse para ser leído en papel, sino por la circulación de los textos y las nuevas maneras de no-explotación de esos mismos textos. Me refiero a que los autores pueden ser ingenuos a la hora de volcar su obra en internet, y que los editores pueden ser también ingenuos si no ven que puede sucederles algo parecido a lo que ha ocurrido ya con la música o el cine. Internet, a medio plazo, puede ser una gran sangría económica para el sector. Incluso en el ámbito de la comercialización del libro.
B. de Moura:
Ningún medio de expresión artística ha desplazado nunca a otro. Este discurso catastrofista se oye desde que, en el siglo XIX, se decía que la fotografía y el cine iban a acabar con las artes plásticas y las galerías de arte. Que nadie se alegre aún antes de tiempo: las editoriales están ahí para rato, porque siempre habrá escritores que deseen publicar en soporte papel y siempre habrá librerías para exhibir y vender sus obras. Ahora bien, estamos pasando por un periodo de transición en el que muchas cosas deberán cambiar, renovarse, reubicarse y amoldarse a nuevas circunstancias, porque todo muta cuando hay vida. Y vale más que vayamos acostumbrándonos a espabilarnos en un mundo globalizado porque está ahí para quedarse y, por tanto, no hay más que tres salidas: o bien procurar no morir en el intento de sobrevivir capeando dificultades, o bien vivir en la nostalgia permanente de los buenos viejos tiempos y dejarse morir, o bien directamente tirar la toalla.
El fraude de internet
¿cuáles son los más acuciantes, los que exigen una respuesta decidida e inmediata?
A. García Ortega:
Los más acuciantes, creo yo, son aquéllos que tienen que ver con la explotación fraudulenta, sea cual sea el medio empleado o el tipo de fraude. Obviamente la propiedad intelectual es un derecho que hay que proteger absolutamente. Internet o la piratería explícita, que hasta ahora no ha sacudido el mundo del libro tanto como otros de la industria cultural, pueden llegar a hacerlo si irrumpe en el engranaje del libro algún método de explotación que conculque el status quo alcanzado, y pienso, claro está, en la circulación de los textos en la red sin ninguna protección posible.
B. de Moura:
El desafío más nuevo al que debe, ahora ya, enfrentarse la propiedad intelectual y al que, al menos en España, todavía no hemos prestado la atención que merece, es el que constituyen las megaempresas multinacionales que digitalizan libros todavía sujetos a derechos de autor para colgarlos libremente en Internet. Ríase del problema de la piratería tradicional mediante la reproducción fotocopiada o impresa de libros de texto, de información general, de obras de creación, etc. El soporte era siempre el mismo, tangible, perfectamente identificable. En cambio, mediante la digitalización en internet, esa obra deja de ser tangible y controlable. Yo conozco a gente que trabaja en editoriales y agencias literarias, que conoce perfectamente el problema, que incluso se muestra severísima a la hora de redactar un contrato de autor y que, en cambio, ahora ya le parece normal bajarse, sin que se le caiga la cara de vergüenza, toda suerte de música de su ordenador. ¿Quién hubiera dicho hace tan sólo cinco años que eso habría podido ocurrir?
Lo dicho: si el debate está en si se puede o no parar Internet.....
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