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LIBROS & TECNOLOGÍA

Amazon.es y el precio fijo del libro

Amazon.es y el precio fijo del libro

Vía Libertad Digital

Uno de los países donde más natural parecería que se expandiera el negocio de Amazon es España, pero oiga, que no hay manera. El dominio está comprado desde 1999, pero cabe suponer que sólo para que no se lo birlen y monten en él una página de señoritas ligeras de ropa. Lo natural es preguntarse la razón. Un Amazon en español con centros logísticos en nuestro país e Hispanoamérica tendría un enorme mercado potencial. Nuestro país es la cuarta potencia editorial del mundo. Hubo varios proyectos de aprovechar la ausencia de la compañía de Jeff Bezos en España, pero datan de la burbuja y ciertamente se comportaron como las empresas de la época, gastando dinero a manos llenas e ingresando poco. Aún se recuerda la campaña publicitaria de Diversia, que comenzó ¡antes de que funcionara la página! Actualmente lo que tenemos son las tiendas online de las grandes librerías –como la Casa del Libro o El Corte Inglés– que, desde luego, carecen de la calidad, comodidad y buen precio del gigante norteamericano del comercio electrónico.

Las razones para al ausencia de Amazon en nuestro mercado son muchas. No somos un país amigo del comercio electrónico, aunque sea cada vez más común ver en las oficinas de correo los paquetes con sonrisa de la empresa de Bezos. Tampoco es que seamos muy proclives a eso de la lectura, motivo por el cual se ponen en marcha regularmente ridículos planes ministeriales para fomentarla, que fracasan, lo que no impide que lo vuelvan a intentar porque, claro, el dinero público no es de nadie. A pesar de ello, Amazon podría triunfar en nuestro país si la ley no le impidiera hacer los enormes descuentos que tan bien conocemos quienes compramos en sus tiendas en Estados Unidos y el Reino Unido.

Normalmente, las restricciones al mercado existen porque un grupo de presión exitoso ha logrado convencer a la administración de la necesidad de las mismas. El Estado, como explicó genialmente Carlos Rodríguez Braun, no redistribuye de ricos a pobres sino de grupos desorganizados a grupos organizados. Generalmente, claro está, estos lobbys no suelen actuar nunca exponiendo de forma clara y cruda su propio interés, habitualmente pecuniario. Con respecto a los libros, los principales beneficiarios son los editores, pero ponen la excusa de la pequeña librería "portadora de la cultura" para intentar convencer a los incautos, y vaya si lo consiguen.

La economía básica nos enseña que rebajar el precio de un bien permite que se venda más, de modo que si realmente se quisiera fomentar la lectura –tal y como nos aseguran que hará la nueva Ley del Libro– nada mejor que liberalizar su precio, permitiendo a las librerías aplicar el descuento que gusten. Así nos harían un favor a los consumidores de libros, que podríamos ahorrarnos nuestro buen dinero, que en algunos casos se gastaría en otras obras que a los precios actuales no habríamos adquirido. Eso, desde luego, se entiende perfectamente desde el Ministerio, pues cuando un grupo de presión mayor –las autonomías– es quien tiene que costear en parte o totalmente los libros de texto, curiosamente, y pese al sin duda enorme daño que hará a las pequeñas librerías y por tanto a la "cultura", según sus argumentos, han decidido acabar con el precio único de los mismos.

La edición y la remuneración al autor suponen aproximadamente la mitad del precio que pagamos por un libro. Una librería online como Amazon tendría, por tanto, un espacio enorme para hacer grandes descuentos que compensaran los gastos de envío y aun así obtener beneficios y reducir el precio final al cliente. Una tienda virtual de la calidad técnica de Amazon, con sus recomendaciones generadas por las opiniones y las compras de los clientes, posiblemente haría más por fomentar la venta de libros poco conocidos de editoriales pequeñas que todos los inútiles planes de lectura de todas las administraciones públicas. Pero que no se nos olvide que el Estado lo hace por nuestro bien, como siempre.


2 comentarios

Libros -

Me quedo con la duda de si relalmente les interesa fomentar la lectura o no.

supertorpe -

La dogmática del precio fijo: Recomiendo este informe (http://www.globalcompetitionforum.org/regions/europe/Spain/libro.pdf) sobre el precio fijo de los libros, realizado para (¿y por?) el Tribunal de Defensa de la Competencia. En él podemos ver contra-argumentos que desmontan aquellos que intentan justificar el precio fijo. Recomiendo leer el informe, pero aquí resumo sus conclusiones:

Te extraigo las conclusiones del primer estudio: "la regulación sobre precio fijo de los libros en general, y la prohibición de la práctica de descuentos en particular:
a. No protege la creación literaria.
b. No favorece la lectura y la difusión de la cultura y el conocimiento.
c. Restringe las ventas de libros.
d. No protege a los títulos de venta lenta y, por tanto, no ayuda ni a los editores ni a los libreros que se especializan en dichos títulos.
e. No incrementa los servicios al cliente ofrecidos por el librero en el punto de venta.
f. No protege a la pequeña librería de su desaparición, ni tampoco de la amenaza de las grandes establecimientos de distribución al detall.
g. Restringe la modernización del tejido comercial librero.
h. Perjudica al comprador habitual de libros pero también al comprador ocasional limitando la difusión de la cultura entre aquellos ciudadanos con menores hábitos de lectura.
i. Constituye una medida desproporcionada para dar solución al problema de la doble imposición de márgenes.
j. Favorece la estabilidad del reparto de las rentas derivadas de la no competencia entre los distintos operadores, lo que se materializa, de hecho, en la consolidación de una estructura de mercado similar a un cártel, en perjuicio de los consumidores.
k. Disminuye la renta de los ciudadanos.
l. Pero, sobre todo, encarece lo que podría ser más barato."

Otro estudio (http://www.ucm.es/info/iudem/schw.DT00-2.pdf#search=%22%22precio%20fijo%22%22) muy interesante.