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LIBROS & TECNOLOGÍA

Random House cambia los royalties de los ebooks

Random House cambia los royalties de los ebooks Vía: soybits

En una carta reciente, Random House anuncia que a partir de ahora pagará a los autores de ebooks en base al dinero efectivamente cobrado, no al precio de catálogo de sus libros.

El nuevo porcentaje pasará a ser un 25% de los ingresos netos recibidos por la editorial (generalmente un 50% del precio de catálogo), con lo que este cambio implica una clara reducción de ingresos para los autores.

La justificación es que:

1) Las nuevas tarifas están en la línea de los royalties (para ebooks y audiolibros digitales) que ofrecen nuestros principales competidores…

2) Tal como está evolucionando el mercado, el precio de catálogo del editor dejará de ser una base relevante para el cálculo de royalties en el entorno digital…

3) Los formatos electrónicos no son tan baratos de producir y publicar como muchos creen […] Hemos hecho inversiones sustanciales y seguiremos invirtiendo en infraestructura digital y en el desarrollo de un mercado para los formatos electrónicos…

4) Los nuevos royalties para ebooks siguen siendo favorables en comparación con los porcentajes que pagamos para otros formatos.

Este anuncio de Random House ha provocado algunos comentarios interesantes. Citamos a continuación un artículo de Kassia Krozser en Booksquare:

Digámoslo de otra manera: la misma semana en que Google fija en la práctica los royalties para los propietarios de contenidos en un 60 y tanto por ciento […] Random House decide que la tarifa va a ser un 25% de los ingresos netos. Sí, aquí estamos viendo una pequeña desconexión…



Mientras Random House trata de esconderse detrás de “en la línea de lo que ofrecen nuestros principales competidores”, la verdad del asunto es que “la competencia” no es un puñado de editoriales de Nueva York.



Random House no sólo está en el mismo terreno de juego que otras editoriales, sino que se enfrenta con nuevos competidores: Google, Amazon, Barnes & Noble, una avalancha de e-editores independientes y empresas aún por descubrir que pueden volver a cambiar el juego.

Kassia menciona también el ejemplo de Terry Goodkin, que decidió ceder sus derechos digitales a Rosetta Books. Esta es la explicación:

Obviamente Random House tiene poderosos argumentos respecto a lo que son capaces de hacer cuando se trata de publicar un libro físico. Pero en la edición de ebooks, los que venden los libros son Kindle, Sony Reader y varios otros vendedores. Que el título venga de Rosetta o de Random House carece de importancia.

En estas circunstancias, ¿por qué debería un autor ceder sus derechos de publicación digital a una editorial tradicional? ¿Qué ventajas le proporciona este tipo de acuerdo? Y no se trata de una pregunta retórica. En un nuevo ámbito de distribución, ¿qué ventajas ofrece un editor tradicional basado en el papel impreso?

Para írselo pensando…

También vale la pena mencionar un artículo de Martyn Daniels en Brave New World titulado “¿Contenido de alquiler?”, en el que Martyn aborda, entre otras cosas, uno de los argumentos aducidos por Random House para justificar su decisión, el de los costes de la producción digital.

A continuación tenemos el gran mito urbano: que los formatos electrónicos no son tan baratos de producir y publicar como muchos creen.

¡Hola! El verdadero motivo es que los editores, en su mayoría, siguen gestionando sus procesos editoriales y de producción en analógico. Si fueran digitales, su capacidad para producir digital, físico o lo que sea resultaría mucho más barata. Muchos aún siguen digitalizando sus productos físicos, o en el mejor de los casos “producto acabado para imprenta”. La edición no es digital, se limitan a distribuir y vender productos digitales.

Y para terminar, se repite la pregunta:

Entonces, ¿deben los autores firmar contratos basados en un proceso ineficiente y que no va a durar, y se renegociarán los menguados porcentajes de royalties cuando el proceso de edición sea eficiente?

En resumen, lo de siempre: nuevos procesos de producción, nuevos modelos de distribución, nuevos competidores… Tiempos interesantes, sin duda.

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